El jefe del Clan del Golfo, Dairo Úsuga, alias Otoniel, fue llevado desde Colombia a Estados Unidos, que lo requiere por narcotráfico, concierto para delinquir y porte ilegal de armas, tras el levantamiento de la medida cautelar que frenaba su extradición, informó la prensa local.
«Otoniel» está acusado, además, de la ejecución de masacres, reclutamiento de menores de edad y desplazamientos.
El jefe narco estuvo siete meses detenido en Colombia, después de ser, durante años, el hombre más buscado del país.
En medio de una imponente caravana de la Policía, «Otoniel» fue llevado a la base militar de Catam, donde tiene sede la Policía antinarcóticos y se encuentra el hangar de la DEA, según los diarios El Tiempo y El Espectador.
El Consejo de Estado colombiano levantó la medida cautelar que tenía frenada la extradición parta estudiar un pedido de víctimas del conflicto interno, que consideraban que el acusado podía hacer aportes a la verdad en el país.
Úsuga, de 50 años, era requerido por Estados Unidos, que llegó a ofrecer hasta 5 millones de dólares por información que facilitara su ubicación y captura. Y en Colombia se ofrecían por él hasta 3.000 millones de pesos (750.000 dólares).
En abril, la Corte Suprema de Justicia aprobó su extradición a pedido de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, y el presidente de Colombia, Iván Duque, la firmó de inmediato.
Pero el proceso se demoró porque «Otoniel» pidió a la Jurisdicción Especial para la Paz -surgida del acuerdo con las FARC en 2016- que frenara su traslado, se presentó como «colaborador» de la ex insurgencia y hasta se ofreció como «gestor» para la reparación de eventuales víctimas del conflicto armado interno.
Su detención se produjo dentro de la operación Osiris, en octubre del año pasado, y el gobierno la presentó como un enorme logro en materia de seguridad.
Estados Unidos pidió el 2 de noviembre de 2021 su extradición por narcotráfico, concierto para delinquir y porte ilegal de armas.
La Corte señaló: «Otoniel no fue parte de la guerrilla y no fue incluido en los listados entregados por las extintas FARC al gobierno nacional y, por lo tanto, no fue reconocido como miembro integrante de esa organización».
Duque lo comparó con Pablo Escobar, otro narco colombiano
«Otoniel era el narcotraficante más temido del mundo, asesino de policías, militares, líderes sociales y reclutador de menores”, aseguró el presidente colombiano, quien en algún momento hasta lo llegó a comparar con Pablo Escobar.
Úsuga tiene un prontuario criminal tan largo como su vida, ya que empezó a delinquir en las guerrillas cuando aún era un adolescente, según la Fiscalía de Colombia.
A los 16 años ingresó a las filas de la guerrilla Ejército Popular del Pueblo (EPL) y se desmovilizó en 1991.
Más adelante conformó su propio grupo criminal llamado Bernardo Franco y luego hizo parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Tras la desmovilización de los paramilitares entre 2003 y 2006 bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se creó en 2007 la organización criminal Los Urabeños, cuyo nombre se debe a la presencia de la banda criminal en la región del Urabá antioqueño y chocoano, en el occidente del país.
Este grupo criminal finalmente se denominó el Clan del Golfo, que en principio fue liderada por su hermano, Juan De Dios Úsuga, alias Giovanni, quien murió en Chocó, en el pacífico colombiano, enero de 2012, según consignó InSight Crime.
Además del pedido de la justicia de Nueva York, sobre Úsuga pesaban 128 órdenes de captura por distintos delitos, como narcotráfico, extorsión, homicidio, desplazamiento forzado, tráfico de armas, conformación de grupos armados, concierto para delinquir y delitos de lesa humanidad, entre otros.
Y tiene vigentes, además, siete sentencias condenatorias y ocho medidas de aseguramiento.
Tras años de seguimiento, fue capturado por las autoridades colombianas el año pasado durante un operativo Osiris en el departamento de Antioquia en un área cerca a la frontera con Panamá.
El Cartel del Clan del Golfo
El Clan del Golfo tiene el control de casi la mitad de la droga que sale de Colombia y son considerados, según la Fundación Paz y Reconciliación (PARES), como la organización criminal más poderosa del país.
El Departamento de Estado de Estados Unidos describió a la organización como «fuertemente armado y extremadamente violento».
Por su parte, el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, sostuvo que esta organización «sacaba un alto número de toneladas de cocaína hacia mercados de Europa y Estados Unidos».
«Se convirtió en articulador del negocio de microtráfico en ciudades del noroccidente del país pero también buscaba su expansión hacia regiones como los llanos orientales, en el oriente de Colombia», agregó.
El Cartel del Clan del Golfo está compuesto por ex miembros de organizaciones terroristas, según el Departamento de Estado, y utiliza la violencia y la intimidación para controlar las rutas de tráfico de estupefacientes, laboratorios de procesamiento de cocaína, puntos de salida de lanchas rápidas y pistas de aterrizaje clandestinas.
La intrincada estructura del Cartel extendió sus dominios a gran parte de Colombia, valiéndose, entre otras cosas, de mecanismos de extorsión y los millonarios ingresos que le reportan las actividades ilegales que concentran, como la minería y el tráfico de narcóticos.
Para mayo de 2017, el Ministerio de la Defensa de Colombia calculaba que 1.800 miembros integraban sus filas, menos de la mitad de los 4.000 que llegaron a albergar en 2009, cuando tuvieron su mayor auge.
El Clan del Golfo funciona en red, compuesta por unidades con territorios y funciones bien definidos y con líderes que pueden ser fácilmente sustituidos, según PARES.
Lo integran estructuras paramilitares, organizaciones criminales y los llamados «socios» que trabajan junto a la «mesa directiva» de la organización.
Su principal fuente de financiamiento proviene del narcotráfico, donde trabajan conjuntamente con el Cartel de Sinaloa y su rival, el cartel Jalisco Nueva Generación. Adicionalmente reciben millonarios ingresos de la minería ilegal y de la práctica de extorsiones.
En octubre de 2018, el entonces fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, incluyó al Clan del Golfo en la lista de las principales organizaciones criminales transnacionales que representan una amenaza para Estados Unidos. Junto a él, sus dos socios: los carteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, así como el MS-13 y el Hezbollah del Líbano.
¿El final del Clan del Golfo?
El presidente Duque afirmó en el momento de la captura «Otoniel» que el Clan del Golfo «tiene sentenciado su final», y que la operación Osiris marcó «un punto de inflexión» en la lucha contra el narcotráfico.
«La Operación Osiris será recordada como la más grande acción contra el narcotráfico en este siglo en nuestro país», destacó.
Lo siguiente que podría ocurrir en la zona de influencia del Clan del golfo, es que haya una guerra entre subalternos para ver quién se queda con el poder de Otoniel’, o que ocurran alianzas locales o disputas locales para reafirmar liderazgos de esos subalternos, por lo que pues que se den «bajas concentradas» en algunas zonas del país y «se dé una dispersión» de los criminales.
Sin embargo, Duque advirtió que las fuerzas armadas seguirán en su labor contra el narcotráfico y que ahora van por alias «Chiquito Malo» y alias «Siopas» «el otro bandido alcahueta de «Otoniel».